sábado, 28 de mayo de 2011

De mi tia Sole...

Querido diario:

Como bien dice mi tia podriamos estar contando anécdotas graciosas de la familia durante largas horas y muchos libros, de cualquier miembro de mi familia sin excepcion.
El pez de mi tio kike, el trozo de chocolate de mi tio Luismi, la pinrelina de mi tia Mari Carmen, da igual de quien venga siempre nos hara sacar la mejor de nuestras sonrisas..
Hoy os dejo un escrito de mi tia Solete, si quereis aportar algo decidmelo y sin problema será publicado..

Pues estando hablando con Patricia por teléfono, ha salido a relucir esta anécdota. La verdad es que todos los que nos conocéis, sabéis que podría estar contando cosas graciosas que pasaban en casa sin parar y aunque esta no tiene tanta gracia para los que no conocíais a mi padre y como se atribulaba cuando se cabreaba, la voy a contar de igual modo.
   Una de las pocas cosas que sacaban a mi padre de sus casillas era la gente que se equivoca por teléfono y que no pedía disculpas. Pues un día  llamó uno que  al decirle mi padre que se había equivocado colgó. Don Ulerio se puso como un basilisco y a esto que comienza a sonar de nuevo el teléfono. Mi padre coge el auricular y grita: - ¡Hijo de la gran puta. Lo menos que se hace es disculparse cuando uno se equivoca!- Al otro lado del teléfono una voz dijo:-...¿Es casa de D. Aurelio Cid?....- Mi padre dijo: Lo siento. Se ha equivocado. Colgó y cuando empezó a sonar de nuevo dijo: Niña, contesta tú y si preguntan por mí, dices que no estoy.

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